Por: Luis Manrique / Profesional Técnico CCS/ Ingeniero Industrial, Universidad del Atlántico / Especialista en Salud y Seguridad en el Trabajo, Universidad del Meta / Especialista Tecnológico en Gestión Ambiental, SENA / Magíster en Tecnología Educativa y Competencias Digitales, Universidad De la Rioja, España.
1. Panorama actual
La tercerización u outsourcing consiste en transferir a terceros ciertas actividades complementarias para el desarrollo de la actividad empresarial. Las empresas deciden tercerizar algunos de sus servicios y no llevarlos a cabo internamente, porque genera una cantidad importante de beneficios que se materializan en mejores resultados operacionales. Una de las principales motivaciones para realizar tercerización laboral es que esta facilita aumentos transitorios en la fuerza de trabajo ante expansiones no permanentes en la actividad económica de las empresas, la reducción de costos y la transferencia de los riesgos y cargos laborales, las cuales pueden variar dependiendo de la época del año o el ciclo económico (Fedesarrollo 2017).
En la actualidad, la industria en general y primordialmente la colombiana presenta un gran desafío con relación a la tercerización laboral, la gestión de contratistas y proveedores, representado en la diversidad de las modalidades de contratación para la ejecución de variadas actividades y que, por su complejidad, dependencia de terceros o incertidumbre en su control, pueden suponer un riesgo de alto impacto para la organización. En ocasiones estos contratistas no son administrados y supervisados rigurosamente, disminuyendo de esta forma su potencial de desempeño y elevando la probabilidad de generar riesgos adicionales para el contratante. En una visión ideal de trabajo conjunto entre contratante y contratista se debe buscar un equilibrio reconociendo las necesidades de las partes, las obligaciones legales, calidad y efectividad en la operaciones, por ende, es importante definir qué es la tercerización laboral, sus características y los mecanismos de gestión efectivos que apoyen al contratista y contratante a alcanzar los objetivos de manera eficiente cumpliendo los requisitos de ley y logrando cero accidentalidad en ese proceso (Diana Hernández, 2018).
En el mundo, la tercerización se asocia con trabajadores temporales y existen muchos tipos de contratación como por ejemplo por medio de empresas intermediarias o empresas que van a realizar un servicio con trabajadores propios. En Colombia, por su parte, la tercerización laboral es un mecanismo de contratación en el cual una organización establece un vínculo contractual con otra, con el objetivo de desarrollar una actividad definida o prestar un servicio o simplemente suministrar mano de obra para la realización de un trabajo. La condición más importante que deben tener en cuenta las organizaciones en Colombia es conocer de manera clara la necesidad de la empresa contratante y las necesidades del proceso productivo, para así establecer si la organización requiere la contratación de un servicio o la contratación de trabajadores en misión o temporal. De esta manera, se deben entender los dos principales tipos de tercerización en Colombia:
1. Contratación de un servicio: cuando existe una actividad técnica que la organización no puede desarrollar con sus recursos propios por falta de conocimientos técnicos, por disponibilidad de recursos materiales o de personal. En Colombia se puede realizar un contrato para la prestación de un servicio, para este, es esencial contratar con una empresa registrada y conformada, tener establecido en su organización un procedimiento de selección, medición y control de contratistas, establecer parámetros de evaluación de estándares del SG-SST de su contratista y por último, respetar la autonomía técnica en gestión de riesgos laborales del contratista.
2. Contratación de un trabajador en misión o temporal: el contratante o empresa usuaria es el responsable de la adopción de controles a los trabajadores y personal suministrado, por ende, este personal debe ser identificado e incluido en su identificación de peligros y evaluación de riesgos, además, el contratante debe suministrar los equipos y elementos de protección personal a dicho personal temporal; se debe contratar con una empresa reconocida y avalada por el Gobierno Nacional; el límite de la contratación con empresas temporales no está definida por la actividad en la que se requiere al trabajador, sino por la característica de la ‘’temporalidad’’ y esta es el periodo máximo de temporalidad pues solo es permitido para tiempos en la organización como vacaciones, licencias, altos picos de producción y limitación a actividades ocasionales (Diana Hernández, 2018).
Es importante destacar que la figura de contratistas no es de ahora, a mediados de la década de los setenta se desarrollaron una serie de acciones empresariales con la finalidad de mejorar la productividad, introdujeron unos nuevos modelos de organización de los procesos productivos conocidos con el nombre de descentralización productiva. Con esta expresión se engloba un conjunto de técnicas caracterizadas, básicamente, por: a) la contratación de otras empresas para que realicen actividades, hasta ese momento realizadas por la propia empresa o que forman parte de alguna de las fases del proceso productivo, y b) el establecimiento de unos procedimientos de producción basados en la flexibilidad de los procesos de fabricación, de las tecnologías y, sobre manera, de las relaciones de trabajo. Con tal fin, se han venido efectuando significativos cambios en la organización del trabajo y en los procesos productivos. Las grandes unidades de producción se han ido fragmentando en otras de menor tamaño, al mismo tiempo que los nuevos centros de trabajo se procura instalarlos lejos de las ciudades con fuerte implantación sindical, también se ha activado la movilidad funcional y geográfica de los trabajadores.
En ese tiempo de manera simultánea, se recurrió a otras empresas para que ejecutaran las actividades que aportan menor valor añadido al producto final y se asignaron a los trabajadores de las empresas externas las operaciones más peligrosas, además de ampliar el segmento de los trabajadores contratados por un corto período de tiempo y de acudir al recurso de trabajadores cedidos por empresas de trabajo temporal (INSST, 2002), omitiendo un poco el tema de seguridad laboral
por no pensar en los trabajadores sino en la producción.
Hemos revisado algunas razones por la cual se presenta el fenómeno de la tercerización laboral, pero ahora es importante revisar puntualmente el informe de Fedesarrollo emitido en el 2017 “Evolución de la figura de tercerización laboral en Colombia” donde se puede evidenciar que existen muchas razones por la cual se terceriza en el mundo y la principal, según la gráfica 1, es la “la reducción de costos”.
Gráfica 1. Razones para tercerizar
Este tema se puede asociar con la inclusión de las tecnologías a los sistemas productivos, ya que un robot o un algoritmo evita los costos anexos de un trabajador normal como la seguridad social y otros incentivos. Un ejemplo de ello es que Amazon tiene en Estados Unidos drones para repartir mercancía, Google tiene algoritmos para facilitar en las organizaciones tareas operativas y otros tipos de actividades administrativas, lo que lleva a pensar que en un futuro los cargos que contabilicen, facturen y realicen otras tareas repetitivas de administración no sean indispensables para las compañías. En otras ciudades del mundo ya existen tiendas y restaurantes sin trabajadores humanos; en Japón por ejemplo, existen hoteles y restaurantes completamente automatizados, este tipo de negocios se mantienen abiertos las 24 horas del día sin problemas y según sus precursores, los costos se reducen a la mitad por ser automatizados, esto es una alerta para la pérdida de empleos, pero según analistas y futurólogos positivos, los cambios por las nuevas tecnologías también están impulsando a la creación de nuevas formas de trabajo, como el teletrabajo, desarrollo de nuevas tecnologías, trabajos de creatividad, entre otros. Para explicar un poco esta percepción, analizaremos a un médico que se especializaba en dermatología y trataba el cáncer de piel con una metodología poco tecnificada y al desarrollar esta labor, tenía asociado unos riesgos laborales específicos. En la actualidad este profesional está siendo remplazado por las aplicaciones de celular que con una foto pueden predecir si un lunar puede ser maligno o no, por lo que ahora este profesional debe migrar a estudiar robótica para que con ayuda de la tecnología pueda dar tratamiento al cáncer en esta nueva era, esto está asociado a nuevos riesgos emergentes como el tecnoestrés1 y desordenes musculoesqueléticos por el uso de estos nuevos elementos.
Bibliografía
1. El concepto de tecnoestrés está directamente relacionado con los efectos psicosociales negativos del uso de las TIC. Fue acuñado por primera vez por el psiquiatra norteamericano Craig Brod en 1984 en su libro "Technostress: The Human Cost of the Computer Revolution". Lo define como: "una enfermedad de adaptación causada por la falta de habilidad para tratar con las nuevas tecnologías del ordenador de manera saludable".