La naturaleza se encuentra en un proceso permanente de movimiento y transformación que se manifiesta de diferentes maneras, por ejemplo: a través de fenómenos naturales de cierta regularidad como la lluvia, los vientos, los temblores de la tierra o el desgaste natural del suelo que produce la erosión.
Los terremotos, las inundaciones, los incendios, las erupciones volcánicas, las tormentas tropicales, los tornados, las tormentas eléctricas, los deslizamientos, las sequías, las plagas y los fenómenos como el del “El Niño” y “La Niña” también forman parte de la naturaleza, como el sol y la lluvia.
¿Qué es una amenaza?
Una amenaza puede definirse como un fenómeno o proceso natural que puede poner en peligro a un grupo de personas, sus viviendas, sus bienes y su ambiente, cuando no se han tomado precauciones.
Para la descripción de los fenómenos amenazantes es importante identificar al interior de las empresas cuáles son los fenómenos que están asociados a su actividad económica, el lugar donde se encuentran ubicados y las actividades humanas que se desarrollan en su entorno.
Origen natural: asociado con la posible manifestación de un fenómeno físico cuya génesis se encuentra totalmente en los procesos naturales de transformación y modificación de la tierra y el ambiente. Dentro de estos se encuentran:
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Origen socio-natural: asociado con la probable ocurrencia de fenómenos físicos cuya existencia, intensidad o recurrencia se relaciona con procesos de degradación o trasformación ambiental y/o de intervención humana en los ecosistemas.
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Origen antrópico: generado por la actividad humana en la producción, distribución, transporte y consumo de bienes y servicios y en la construcción y uso de infraestructura y edificios.
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¿Qué es un desastre?
Un desastre se produce cuando se dan estas tres condiciones al mismo tiempo:
• Las personas viven en lugares peligrosos, por ejemplo: cerca de un volcán activo, en laderas con peligro de deslizamientos o cerca de ríos caudalosos que se pueden desbordar.
• Ocurre un fenómeno extremo bien sea natural o causado por ciertas actividades humanas.
• El fenómeno provoca grandes daños particularmente en aquellos lugares en donde no se ha tomado ninguna medida para prevenirlos.
¿Son los desastres causados por el ser humano o por la naturaleza?
Los fenómenos naturales pueden convertirse en desastres cuando no se han tomado medidas de prevención o cuando el medio ambiente y el ecosistema se han alterado como producto de la actividad humana. Por ejemplo, hay demasiada agua y la tierra no la puede absorber lo que puede provocar inundaciones. Por el contrario, si hay poca agua, en ciertas regiones se pueden ocasionar sequías.
Prevención y mitigación de desastres
Todas las acciones realizadas para prevenir un desastre y, si sucede, minimizar sus consecuencias, se enmarcan dentro de la prevención y mitigación.
La mayoría de los fenómenos naturales no pueden impedirse pero sí podemos reducir sus daños. Por ejemplo, minimizamos los daños de un sismo si construimos casas más resistentes y en lugares donde el suelo sea sólido.
La prevención es la aplicación de medidas para evitar que un evento se convierta en un desastre. Por ejemplo, sembrar árboles previene la erosión y los deslizamientos. También puede prevenir las sequías. ¿Qué es la mitigación? Son medidas para reducir la vulnerabilidad frente a ciertas amenazas. Por ejemplo, hay formas de construcción que aseguran que nuestras casas, escuelas u hospitales no se caigan con un terremoto o un huracán. La prevención y mitigación comienzan por conocer cuáles son las amenazas y riesgos a los que estamos expuestos en nuestra comunidad.
¿Podemos evitar los desastres?
No podemos evitar que ocurran los fenómenos naturales, pero podemos hacerlos menos dañinos si entendemos mejor por qué suceden y qué acciones tomar para prevenirlos o mitigarlos.
Cada comunidad debe aprender a conocer sus características y su entorno: el ambiente natural y el construido por el ser humano. Solo así podrá manejar las amenazas que la rodean y reducir su vulnerabilidad ante estas amenazas. ¡No hay que asustarse, debemos estar preparados!
Con la expedición del Decreto 2157 del 20 de diciembre de 2017 se estableció el marco regulatorio dirigido a los responsables de realizar el Plan de Gestión del Riesgo de Desastres de las Entidades Públicas y Privadas como mecanismo para la planeación de la gestión del riesgo de desastres.
El Plan de Gestión del Riesgo de Desastres de las Entidades Públicas y Privadas (PGRDEPP) es el instrumento mediante el cual las entidades públicas y privadas deberán: identificar, priorizar, formular, programar y hacer seguimiento a las acciones necesarias para conocer y reducir las condiciones de riesgo (actual y futuro) de sus instalaciones y de aquellas derivadas de su propia actividad u operación que pueden generar daños y pérdidas a su entorno, así como dar respuesta a los desastres que puedan presentarse, permitiendo además su articulación con los sistemas de gestión de la entidad, los ámbitos territoriales, sectoriales e institucionales de la gestión del riesgo de desastres y los demás instrumentos de planeación estipulados en la Ley 1523 de 2012 para la gestión del riesgo de desastres.
Descarga aquí el Decreto 2157 de 2017
Esta reglamentación aplica a todas las entidades públicas y privadas, que desarrollen sus actividades en el territorio nacional, encargadas de la prestación de servicios públicos, que ejecuten obras civiles mayores o que desarrollen actividades industriales o de otro tipo que puedan significar riesgo de desastre debido a eventos físicos peligrosos de origen natural, socio-natural, tecnológico, biosanitario o humano no intencional.
El PGRDEPP incluirá, entre otros aspectos, el análisis específico de riesgo que considere los posibles efectos de eventos de origen natural, socio-natural, tecnológico, biosanitario o humano no intencional, sobre la infraestructura expuesta y aquellos que se deriven de los daños de la misma en su área de influencia de posible afectación por la entidad, así como de su operación que puedan generar una alteración intensa, grave y extendida en las condiciones normales de funcionamiento de la sociedad. Con base en ello realizará el diseño e implementación de medidas para reducir las condiciones de riesgo actual y futuro, además de la formulación del plan de emergencia y contingencia, con el fin de proteger la población, mejorar la seguridad, el bienestar y sostenibilidad de las entidades.
Fuentes:
Yezid Fernando Niño Barrera, Ingeniero Ambiental y Sanitario, Especialista en Higiene y Salud Ocupacional. Msc Salud Pública. Consultor del Consejo Colombiano de Seguridad.
Revista Protección & Seguridad en la Comunidad / Edición 3 trimestre de 2017 / Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres - Unidad Regional para América Latina y el Caribe